Estamos a escasas semanas de que termine el año escolar. En lo primero que pienso es en que hace un año me sentía nerviosa y confundida respecto al tema. Mi hija de 3 años ya deseaba ir a la escuela. Después de pensarlo y discutirlo tomamos la decisión de llevarla. No niego que estábamos muy a gusto las dos todas las mañanas sin una rutina establecida, pero también se aburría en casa, su diversión consistía en jugar sola, a veces conmigo y otras tantas acostarse en el sillón a ver la tele.
La decisión estaba tomada y buscamos la manera porque aún no le correspondía ingresar a la escuela por la edad pero finalmente se dieron las cosas y con mucho ánimo preparamos el primer día de clases. Uniforme, lonchera y útiles. Desde ese primer día supe que no me había equivocado, ella entro feliz, nada de lágrimas ni temores. La temerosa era yo porque pensé que extrañaría estar en casa conmigo.
Hizo de inmediato amigas inseparables, encontró una "hermanita" y afortunadamente todos sus compañeritos la han mimado por ser la mas pequeña (un año de diferencia aproximadamente) y la han consentido de más. Ha aprendido muchas cosas entre las que destaco la disciplina. Nunca me ha dicho que no quiere ir, que tiene sueño o no desea levantarse. Siempre se levanta contenta, directo a la regadera, de buen humor y asiste a la escuela feliz porque sabe que sus amiguitos la están esperando para jugar. Ha aprendido muchas cosas, unas en la escuela, otras que yo le he enseñado y se que durante las vacaciones de verano deseará asistir al kinder como lo hace los fines de semana.
Ahora creo que mi temor inicia una nueva etapa porque tendrá nueva maestra, nuevos compañeritos y será complicado al inicio que ella se adapte al cambio... saldremos triunfantes estoy convencida.
Mientras tanto a disfrutar de estas ultimas semanas que pronto estaremos de vacaciones.
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